Paul Greengrass es un director que ya había dado muestras de
su buen hacer a la hora de llevar al cine historias basadas en hechos reales.
Tanto Domingo Sangriento como United 93 o incluso Green Zone tienen la
capacidad de generar la tensión necesaria en el espectador gracias a las armas
que el director utiliza bien cercanas a su etapa de documentalista.
En Capitán Philips Greengrass nos cuenta al secuestro de un
barco mercante por parte de piratas so malíes ocurrido en 2009. Desde el
principio el espectador se encuentra en terreno conocido, se nos presenta a los
personajes de uno y otro lado y casi sin descanso arranca la acción. De la
misma manera que en las películas citadas anteriormente Greengrass es casi un reportero
que nos muestra los hechos sin juzgar dejando que sea el espectador quien saque
sus conclusiones. Su tesis de todas formas está bien clara en la película pero
no hace que el espectador deba comulgar con ella obligatoriamente.
Como espectáculo, la película me crea una sensación de
incomodidad constante, casi sin descanso, por la tensión que crea el director.
Puede decirse que, como en United 93, a veces el relato es algo frío y puede
parecer mecánico echando fuera al espectador. Pero la película cuenta con un
añadido extraordinario. Un Tom Hanks que en la parte final de la película y con
muy poquito nos conmueve y confirma lo gran actor que es apenas en un par de
escenas. Y es ahí donde la película crece, al centrarse exclusivamente en la
peripecia humana.
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