Si os interesa la música folk americana de los años 60
seguramente os interesará mucho la nueva película de los Coen. Si no encontráis
nada especial en esta música la peripecia del protagonista os dejará tan
indiferentes como a mí.
Se ve que el tal Llewyn Davis es un personaje ficticio
pero que se basa en algún personaje real que frecuentó los mismos espacios que,
por ejemplo, un joven Bob Dylan. Los Coen nos lo presentan como un desarraigado
que cada día busca dónde dormir y dejar sus cosas y ver dónde puede actuar para
ganar unos dólares.
Y poco más. El personaje no da para mucho más en manos de
los Coen y el retrato de sus aventurillas no tiene a mi juicio nada de
especial. Los hermanos se limitan a filmar con su habitual clasicismo esas idas
y venidas del protagonista y comenten el error de dejar fuera de juego o muy
poco explicados a personajes tan interesantes como el de John Goodman o el
trabajo de actores como Justin Timberlake o Carey Mulligan.
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