Una pareja protagonista que se conoce y se une por amor y
por afición a la música bluegrass se enfrentan a unas circunstancias
especialmente duras cuando su hija cae enferma. La relación entre ambos se pone
a prueba mientras cada uno hace frente al drama de manera distinta. El hombre
no cree que haya nada más allá de la muerte; la mujer se aferra a la religión
como salvavidas ante la situación que vive.
La película del belga Felix Van Groeningen deja desde el principio bien claro que vamos
a ver un drama intenso, que por momentos te deja un nudo en la garganta. Como
la vida misma sin embargo el director también nos muestra los momentos de gozo
de la familia y en ningún momento se recrea en los pasajes más dramáticos.
Otro elemento a
destacar de la película, además de su creíble reparto y la presencia de
canciones que contribuyen a transmitir la emoción de la historia, es la manera
que tiene el director de contar lo que le pasa a los protagonistas. Con una
narración no lineal anticipa momentos que luego acaban teniendo todo su sentido
y hace realmente ágil la narración.
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