Victoria ha llegado esta mañana a Sitges, a un Auditori más
frío de lo normal. La película que ha llamado la atención antes de su estreno
por su forma, un enorme plano secuencia de 2 horas y 20 minutos, es la historia
de una chica española que lleva poco tiempo en Alemania y que se junta con un
grupito de chavales que no son muy espabilados. La película destaca
especialmente por la interpretación de Laia Costa y poco más.
Podríamos debatir
si es necesario que una película así se ruede como se ha rodado. Creo que no es
el problema de la película ni tampoco le da demasiado valor añadido. Es verdad
que han sabido evitar tiempos muertos y que todo encaja perfectamente. Pero es
en el desarrollo de la historia y de los personajes donde la película me ha dejado
bastante indiferente. No acabo de entender qué mueve a la protagonista a hacer
lo que hace más allá de la soledad o de vete tu a saber qué. En todo caso el
espectador asiste a su peripecia como si estuviera viendo un trozo de vida,
solo que a veces en cine esto no es suficiente.
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